domingo, 30 de septiembre de 2018

FUNDACIO BOFILL Y FORMACIÓN DE PERSONAS ADULTAS


La Fundación Jaume Bofill ha decidido impulsar una investigación sobre la formación de personas adultas, creando lo que ellos mismos han definido como “grupo motor”. Fui invitado a participar, junto a otros compañeros docentes, diferentes actores relacionados de una forma u otra con la educación de adultos y también el Departament d’Ensenyament, a través de responsables políticos y de la inspección.
El primer encuentro fue una primera toma de contacto del grupo, con diferentes aportaciones, algunas coincidencias y también discrepancias. En la segunda reunión en la que participé solamente había profesores de educación de adultos y dimos nuestra visión de la formación de adultos y hacia dónde debería dirigirse y cómo estructurarse. En esta ocasión la coincidencia fue mayor. Finalmente, hace unos días volvimos a reunirnos todo el grupo motor. Se inició con una exposición por parte de los organizadores, de las necesidades y retos para la educación de adultos que han ido expresando los participantes en las reuniones previas. A continuación se organizaron grupos de trabajo formados por participantes de diferentes sectores con el objetivo de consensuar propuestas que ayuden y puedan repercutir positivamente en la formación de personas adultas.
Una de las propuestas que formulé y que defiendo hace tiempo junto a otros muchos profesores de esta etapa educativa, es que una mayor flexibilidad es imprescindible en la educación de adultos. Cada escuela es un mundo, que se encuentra en un entorno social diferente, por lo que la oferta educativa debe adaptarse a las necesidades del barrio o del municipio. Este concepto de flexibilidad es mucho más amplio y debe incluir otros elementos, como el curricular, el metodológico y el organizativo, entre otros.
La visibilidad de las escuelas de adultos y de la labor que realizamos es otro gran reto que debemos afrontar, especialmente las administraciones educativas. ¿Por qué no hay campañas publicitarias serias y potentes sobre la educación de personas adultas?
Después de participar en esta iniciativa destaco algunos puntos positivos y otros menos positivos:
-Celebro la iniciativa de la Fundación Jaume Bofill en interesarse por la formación de adultos e invitar tanto a profesionales como a cargos políticos del Departament d’Ensenyament.
- Hemos debatido en el mismo plano profesionales, instituciones, administración educativa e inspección educativa.
- Se han realizado aportaciones verdaderamente interesantes  y que se pueden aplicar a los centros educativos.
-Nos hemos reencontrado compañeros que tenemos una visión similar sobre nuestra profesión.
- He echado a faltar a profesores de reconocido prestigio y que llevan a cabo experiencias innovadoras en sus centros. También me sorprende que no se haya invitado formalmente al grupo EPA de la UAB.
- He detectado puntos de vista discrepantes de lo que debería ser (o es) la educación de adultos, lo cual no es negativo ni positivo, pero no tengo claro que pueda llegarse a un consenso y eso me despierta un cierto pesimismo. 
Me gustaría pensar que las necesidades y retos detectados en este grupo motor, junto a las propuestas e iniciativas que  se recogen como conclusión, lleguen a las administraciones educativas y puedan concretarse en breve. Sin embargo, soy pesimista sobre su aplicación. Creo que los centros de formación de adultos clamamos en el desierto. Justo esta semana, la inspección educativa ha informado a las direcciones sobre algunas actuaciones a llevar a cabo en las escuelas de Barcelona, que en nada se parecen al debate realizado. Intentar reproducir en los CFA los mismos patrones que en los institutos es no entender la educación de adultos o bien querer darle una orientación en contra de lo que proponen los propios profesionales.